
Pues sí, amigos, mi currículum tiene esas oscuras o brillantes páginas. El caso es que son las páginas que, at the end of the day, más le interesan a TODO EL MUNDO. Incluyendo a la gente más fina y elegante con la que he tenido la honra de trabajar. Por eso, en un afán culturizador, y para ayudar a todos aquellos creadores que quieran aventurarse por las procelosas aguas del semen... digo, del pon-no, aquí van una serie de lecciones magistrales sobre el montaje de este noble género cinematográfico.
1.- LA REGLA FUNDAMENTAL


Creo que no tengo que seguir explicando más ¿no? Sé un montador creativo: si tienes problemas de continuidad, seguro que tienes mil planos detalle de la actriz a tu disposición. Pero ¡por Peich! ¡El careto del actor, jamás!
2.- Mantener el ritmo

La primera aproximación del montador primerizo al porno consistirá en quitar todos aquellos momentos en los que el actor “pincha hueso”. En efecto, el brío que los buenos profesionales suelen poner en sus “performances” hace que, más de una vez, el miembro se salga. Hay que eliminar – vía cambio de angulación de cámara – esos momentos de

Para montadores más expertos: cuando se rueda – lo habitual – con más de una cámara, hay momentos, especialmente en el sexo anal, en el que el actor está particularmente inspirado (esto es, uno sufre – y mucho – por la actriz). Sé capaz de localizar esos momentos. Atesóralos. Y lo que es más importante: no dudes en REPETIR esos momentos al cambiar de ángulo de cámara. El porno es necesariamente rítmico y reiterativo, nadie notará que es exactamente igual. La sensación será la de decir “¡Campeón!”. Pero, claro, si el montador es mediocre y cambia de cámara “cuando toca” el actor perderá el ritmo y caeremos en el “así también folgho yo”.
3. El porno es “producción en cadena”

- En la mayoría de los casos, el principal coste de producción es el contratar a las actrices. Esto es así porque, normalmente, el actor (y, en muchos casos también director) es uno de los socios de la productora. Algunos dicen que el “socio tecnológico”, por aquello de aportar la herramienta de trabajo. Así pues, el

90 min/ 5 actrices= 18 minutos por polvo
Sí, ya lo sé, son polvos muy largos, pero así de cutre puede ser este submundo.
- Una vez definida la duración, se establece una tolerancia de más menos tres minutos según lo bien que trabaje la actriz.
- Con la duración, además, si el actor es disciplinado y sigue unos parámetros de jodienda aristotélicos (recordemos la frase de “Clerks 2”: “You don’t go ass to mouth”) es recomendable el establecer una escaleta del polvo para saber en qué minuto tiene que ir sucediendo cada cosa y así no aburrir al personal. Una que yo hice en su momento, para un polvo de 18 minutos, era tal que así:

2:30 empelote completo
3:30 bajada al pilón
4:30 el sable
5:30 vaginal postura 1
7:30 vaginal postura 2
8:00 interludio oral
9:00 vaginal postura 3
10:30 entrada del amigo (opcional)
11:00 pollo asado (opcional)
13:00 anal
15:30 cubana (opcional)
16:00 última felación
17:00 bendición en la cara
Algunos critican esta aproximación, y no sin razón, pero creo que es una guía válida para saber si te estás engolfando mucho en una determinada secuencia. “¿Qué es el “pollo asado”?” me preguntaron. “Pues el momento en que la actriz está ensartada por los dos extremos”. Vamos, para mi estaba clarísimo.
4. ¿Cómo monto la “tensión sexual”?


5. ¿Cómo monto las eyaculaciones?
Supongo que eso se hace para que la gente no diga “Y, en el cambio de plano, aprovechan para añadir leche condensada”. No es un mal motivo, pero creo que hay ocasiones en las que hay que realizar montaje en el propio momento de la eyaculación. Para mi, se hace necesario montar cuando, por imperativos de producción, el
actor ha superado la barrera del cuarto polvo en una jornada de rodaje y la eyaculación puede resultar ridícula. En ese caso, hay que cambiar de plano, durante la eyaculación, y procurando repetir unos diez frames en cada cambio. Así se consigue un jovial efecto de abundancia que tampoco grita “¡trampa!”.

En cualquier caso, JAMÁS se debe poner un primer plano del actor antes de la eyaculación. Sí, ya sé que, a veces, comienzan a machacársela y no llega nunca aquello. Pero, repito, HAY OTRAS FORMAS de lograr ese paso de tiempo. Aunque sea encadenando (recurso que no recomiendo: baja el rollo y hace que todo parezca menos real, yo prefiero crear la ilusión de “tiempo real”).
6. ¿Cómo monto el sexo anal?
Excepcionalmente, en el caso de que una actriz se niegue a practicar el sexo anal, puedes “engañar” al espectador montando una inserción falaz para luego, cambiar a un plano equívoco. Que cada uno se haga las ilusiones que quiera.
7. ¿Debo ser creativo y artístico?
Tampoco vale, pese a la cantidad de calorros que compran dvds porno, el montar con estilo de piezas sobre tuning. Que no, joer, que el estilillo de videoclip salchichero no pone. En el porno, sigue teniendo vigencia todo lo que escribió Aristóteles en su poética.
Eso sí, la elipsis favorita de Paco Fox y un servidor es una de una escena bollo en la que se besan, abrazan y, a la que caen abrazadas en la cama, ya están en bolas. Digna de Michael Kahn.
8. ¿Me la puedo machacar mientras monto?

Además, conozco el caso de montadores a los que han pillado jugando con la pilila en la sala y ha habido gran cachondeo. Por eso yo monté un especial sobre el salón de Barcelona con la puerta abierta: para que nadie dudase de mi responsabilidad.
Y porque todo dios quería ver, claro.
9. ¿Cómo debe ser el trato con el director?
El director entra en la sala de montaje portando una bolsa del Sabeco con varias cintas mini dv. Viene del hotel de dos plantas más abajo, recién follado. Evito darle la mano antes de sentarnos a hablar de “negocios”.

Así pues, mejor mantener las distancias.
Sin embargo, a veces, esto no es posible. Recuerdo ahora el terrorífico momento que se produjo cuando yo terminé de digitalizar una cinta.

Y entonces comienza lo veramente dantesco:

Todo esto dicho mirando al tendido con los ojos en blanco. A la que coloqué, sin más, el track de audio sobre la escena ¡encajaba a la perfección! Ni era ni un segundo más largo o más corto. Genialidad enferma, indeed. Por eso, no puedo evitar que en ese sacrosanto “mensaje al montador” hay más verdad y sabiduría fílmico sobre el montaje que en toda la obra de Eisenstein.
10. ¿Debo mantener el anonimato?
En otra ocasión, le enseñé subrepticiamente el “mensaje al montador” a alguien. Creí que todo era anónimo, pero un cable estaba enviando la señal de vídeo al exterior de la sala. La multitud que afuera se congregó no podía dar crédito.

Then was then and now is now. Un poco de porno en la vida está bien, pero no te mantiene a medio plazo. Si alguien quiere probarlo inocentemente, puede practicar de forma harto Light con este link y, si quiere rock’n’roll all night, puede atacar esta oferta de trabajo. Eso sí, espero que apliquéis todas las enseñanzas aquí aprendidas.
...Y, por supuesto, saber desde ya que frases como “esta escena me la monto con la punta del nabo” o “montar a carallo sacado” o “voy follado” o “¡Qué raccord más guarro!” van a ser vuestro pan de cada día.
Via: vicisitudysordidez.blogspot.com
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