¿Matará este trasto a las consolas?

¿Y si pudiésemos jugar a los grandes videojuegos a través de la red sin usar una videoconsola ni un ordenador? OnLive, una compañía completamente desconocida hasta hace unos días, acaba de presentar en San Francisco una plataforma que podría terminar con las grandes videoconsolas y con las tarjetas gráficas de alto rendimiento para PC. Tal cual suena.

La clave es trasladar a la nube los videojuegos, pues OnLive permite disfrutar de ellos en streaming, de la misma forma en la que hoy vemos un vídeo en la red o escuchamos música. Para jugar hay dos opciones: utilizar un modesto ordenador PC o Mac con un programa de la empresa, o hacerlo en una televisión con conexión HDMI usando un dispositivo que cuesta unos 100 dólares. El servicio estará disponible el próximo invierno.

Cinco megas para jugar en alta definición

El truco está en que los juegos realmente se ejecutan en los servidores de la empresa y lo que nosotros recibimos es la señal en vídeo de la partida. Sin embargo, para disfrutar de estos en alta definición con 720p y 60 fps se precisa una conexión de más de 5 megas, aunque es posible que con algunas operadoras tengamos pese a ello problemas. Por ejemplo, la latencia a la hora de recibir nuestra respuesta, como los que afectan a algunos juegos online.

Eso sí, el servicio puede también disfrutarse con una resolución gráfica estándar y una conexión más modesta de 1,5 megas. Por supuesto, detrás de todo este tinglado hay algo más que una buena idea, también hay una tecnología de lo más potente. Para poder conducir el vídeo a través de la red con fluidez OnLive usa un sofisticado códec de compresión de vídeo. En ello reside la clave de que se pueda jugar con gran calidad a juegos como Crysis, un título que requiere de una máquina de alto rendimiento.

La industria apoya la aventura

Para que la aventura llegue a buen puerto es evidente que necesita del apoyo de los desarrolladores: Electronic Arts, Ubisoft, Take-Two, Warner Bros, THQ, Epic Games, Eidos, Atari y Codemasters ya han dicho que sí y han puesto en la plataforma 16 juegos. Evidentemente nada de esto es gratis y si bien la industria tendría que adaptarse a un nuevo modelo de negocio basado en la subscripción las ventajas son evidentes para estas empresas.

La piratería sería imposible, se terminaría con la distribución física del juego, y quizá a largo plazo incluso no se tendrían que hacer mil y una versiones de un mismo título. Sin embargo, esto provocaría el declive de las actuales tiendas de videojuegos —que en gran medida funcionan hoy como videoclubs— y quizá se pasase a un sistema cerrado y menos creativo, en el que por ejemplo, no se podrían parchear los juegos.

Aunque aún no hay nada demasiado claro la plataforma guardaría similitudes con la red Xbox Live, por lo que además de jugar existirían funciones de red social con las que comunicarnos con el resto de usuarios. Para acceder se pagaría una cuota (se desconoce de que importe) y al entrar sería posible adquirir el juego de forma indefinida o durante un cierto tiempo.

En realidad esta es una vieja idea con la que incluso las operadoras de televisión digital han experimentado en alguna ocasión, poniendo en marcha juegos modestos similares a los que es posible ejecutar en un navegador de internet. También proliferan últimamente tiendas en la red como Mac Games Store, que gracias a las conexiones de banda ancha permiten comprar videojuegos a través de la red para plataformas en las que no es fácil distribuirlos, como el Mac.

Por ello parece claro que trascendiendo el hecho de que OnLive sea o no un éxito la caja de los truenos ya está abierta... ¿será esta la última generación de videoconsolas?. Quizá el futuro consista en un inmenso salón recreativo virtual. Sólo queda elegir en qué juego gastaremos nuestras monedas.