martes, 12 de mayo de 2009

Alarga la vida de tu móvil

Si optimizamos el rendimiento de la batería de nuestro móvil, conseguiremos aumentar los años de servicio del terminal. Toma nota.

Existen en el mercado tres tipos de baterias para móviles: Litio, Níquel -Cadmio (NiCd) y Níquel metal hidruro (NiMH), cada tipo de batería tiene unas necesidades de mantenimiento distintasde las demás. Las de Niquel-Cadmio, presentan estos elementos en forma de cristales dentro de la batería; si realizamos mal las recargas, provocaremos la aparición de formaciones cristalinas que reducirán la capacidad de carga de nuestro teléfono móvil. Aunque esto parezca ciencia ficción, en realidad es el proceso por el que estas baterías terminan agotándose, bien por procesos de auto descarga o bien por un cortocircuito.

Un error bastante común en este tipo de baterías es iniciar la recarga sin haberlas vaciado completamente. Esto provoca que no se esté aprovechando toda la capacidad de carga de la batería y lo que es peor, estamos favoreciendo la formación de cristales en el interior de la batería, incrementando los riesgos de disfunciones. Aunque suene muy desalentador, la solución a este problema es muy sencilla: basta con realizar una primera carga de unas 15 horas y dejar que la batería se descargue absolutamente antes de realizar la próxima carga. Es recomendable recargar el celular al menos una vez por semana, impidiendo de ese modo la formación de cristales.

Otro enemigo a batir en este tipo de baterías es la pérdida de carga cuando no se usa el terminal, en otras palabras, la auto descarga. Para hacer frente a este problema, es recomendable cargar la batería con el móvil apagado y respetando el tiempo de recarga que indica el fabricante, eso sí, la batería del celular debe estar completamente descargada. Cuando sobrepasamos el tiempo de recarga recomendado, los riesgos para la batería son mayores que si recargamos antes de que la batería se haya agotado.

Otra clase de baterías son las de Níquel metal hidruro que usan hidrógeno para generar la energía. Comparadas con las baterías NiCd, aportan mayor energía y autonomía pero suelen ser bastante más caras. El problema de estas baterías es la auto descarga. En este sentido, es importante ser respetuoso con el tiempo de recarga marcado por el fabricante y evitar cargar más del tiempo necesario. De ello depende la vida de nuestro teléfono móvil.

Por último nos quedan las baterías de Litio, las más recientes que permiten almacenar más energía y autonomía, además de pesar menos que las anteriores. Estas baterías pueden recargarse una vez que se haya consumido al menos la mitad de la energía disponible, no siendo necesaria la descarga completa. No obstante, es recomendable descargarla completamente de vez en cuando. No son todo ventajas, la vida de estas baterías es menor que en las anteriores.

Una batería de Nokia


Como cualquier dispositivo electrónico, los teléfonos móviles consumen más energía cuanto más son las funciones que incorporan. Según Sari Tasa, responsable de investigación sobre energía de Nokia, si continuásemos usando hoy los móviles básicos de hace 10 años con las baterías actuales, éstas nos durarían casi un mes.

En general, los tres elementos que más consumen en cualquier terminal móvil son, por este orden, la pantalla, las funciones de transmisión y los procesadores. Por lo tanto, la mejor forma de prolongar la autonomía de un móvil es reducir al mínimo el tiempo que permanece encendida la pantalla. Muchos modelos permiten desactivar por completo la retroiluminación o, cuando menos, disminuir el tiempo de espera hasta que se apaga automáticamente. Otros equipos, como el iPhone de Apple y algunos Nseries de Nokia, incluyen sensores que ajustan el brillo de la pantalla según la iluminación ambiental, o cuando el usuario se acerca el teléfono al oído. Si hay otros elementos del móvil que se iluminan, como el teclado, apagarlos también contribuye a prolongar la duración de la batería.

En cuanto a las funciones de transmisión, las comunicaciones 3G consumen más energía que las GSM/GPRS, de modo que mientras no vayas a usar funciones de transmisión de datos, desactivar la conectividad 3G también reduce el consumo. Asimismo, los terminales consumen más energía precisamente mientras tratan de conectarse a la red de la operadora móvil, de modo que conviene apagarlos mientras te encuentres en zonas de cobertura deficiente o nula.

Los transmisores Bluetooth también consumen energía: si no vas a usar un auricular manos libres, un receptor de GPS o el intercambio de ficheros, desactivar el modo Bluetooth también aumenta la duración de la batería.

Algunos terminales avanzados incorporan también conexiones WiFi a redes inalámbricas. Son muy cómodas y generalmente más baratas, pero consumen bastante más energía que las conexiones GPRS/UMTS. Si no vas a conectarte a Internet, desactiva la WiFi, o al menos la búsqueda automática de redes.

También consume más energía el avisador por vibración que los tonos de llamada audibles. Asimismo, al igual que en cualquier cámara fotográfica, los disparos del flash son una forma segura de agotar rápidamente la batería. Y si tu móvil es también reproductor musical, escuchando la música a través de unos auriculares en lugar de hacerlo por el altavoz del terminal también ganarás unos cuantos minutos de autonomía.

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