domingo, 9 de septiembre de 2007

Los censores de Internet

Si alguien en China teclea en un buscador de Internet la palabra "Tíbet" no encontrará nada sobre el conflicto de esta región. El gigante asiático es uno de los 25 países del mundo que OpenNet señala como censores de la red. Esta prestigiosa organización, formada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto, ha estudiado los filtros que los gobiernos aplican en materia política, social, de seguridad y en las herramientas de Internet. Irán y China son los más restrictivos. A esta lista habría que añadir a Cuba y Corea del Norte, que no están estudiados por falta de fuentes fidedignas que cuantifiquen su censura.

Entre los países censores, existen muchas escalas y motivaciones. Los hay que sólo filtran el acceso a determinadas páginas que consideran moralmente inapropiadas para sus ciudadanos, que eliminan cualquier referencia política que no comulgue con los intereses de su Gobierno o que rastrean la red para tapar a los ojos de sus ciudadanos todo lo relacionado con grupos terroristas o insurgentes.

Una censura moderada sería la de Corea del Sur, que sólo veta el acceso a contenidos relacionados con sus vecinos del norte. Un ejemplo de intervención férrea en la red es el de China, que prohíbe acceder a miles de sitios. Allí Internet es inútil para informarse sobre la matanza de Tiananmen, que costó la vida a decenas de estudiantes en 1989. Según Reporteros sin Fronteras, en este país hay encarcelados 52 ciberdisidentes. Esta misma semana, dos de ellos han sentado en el banquillo de los acusados de San Francisco al segundo buscador mundial en Internet, Yahoo!, por revelar sus identidades al Gobierno chino.

Hay otros cinco países en los que OpenNet considera que la censura política es máxima: Irán, Myanmar (antigua Birmania), Siria, Túnez y Vietnam. Los más restrictivos en materia social son sobre todo países musulmanes como Omán o Arabia Saudí. Entre los más preocupados por su seguridad nacional en la red están China, Pakistán y Corea del Sur.

Para conseguir ocultar los sitios que no les interesan, los gobiernos de estos países cuentan con la ayuda de los grandes buscadores de Internet. Los más potentes eliminan contenidos o dan sólo los resultados tolerados por el Estado. Google, por ejemplo, argumenta que no puede ir en contra de las leyes de los países que censuran. "Es mejor dar algo de información que no dar nada", aduce para estar presentes en el mercado chino con un producto que, en algunas ocasiones, oculta mucho más de lo que muestra a los internautas.

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