martes, 1 de mayo de 2007

¿Quienes son los verdaderos Piratas?

Regional codesMuy interesante artículo largo en The Register, How to enjoy media in any region, en el que se detallan muchos de los trucos necesarios para poder saltarse protecciones regionales, ver contenidos grabados en diferentes formatos (PAL, SECAM y NTSC) y, en general, poder ver cualquier contenido estés en el lugar del mundo que estés. El artículo describe como en Dublín, donde nadie tiene la absurda sensación de estar haciendo algo ilegal por saltarse cosas como el Regional Coding Enhancement (RCE), los vendedores en los grandes almacenes te aconsejan sobre qué reproductor comprarte si tienes contenidos procedentes de otros países: cuáles son más fácilmente hackeables, cómo hacerlo, hasta el punto incluso de imprimirte unas instrucciones. La gran mayoría de los reproductores se fabrican en plantas enormes de las que salen máquinas uniformes que es preciso codificar posteriormente para una región determinada, para poder hacer así frente a la diferente intensidad de la demanda de cada región. Dicha codificación, específica para los contenidos de una región determinada, puede cambiarse habitualmente mediante procedimientos sencillos, que los fabricantes intentan mantener en secreto, pero que invariablemente siempre acaban siendo filtrados al exterior y apareciendo en sitios de trucos de Internet con solo buscar el modelo específico que se pretende hackear.

Se trata de un problema que cualquiera que haya vivido en un país de otra región de codificación durante un cierto tiempo ha tenido en su momento. Yo mismo, tras cuatro años de vida en los Estados Unidos con una hija que llegó con dos años y volvió con seis, tengo una ingente cantidad de contenidos en formatos que no podría reproducir de no contar con aparatos multinorma y trucos de ese tipo. Pero más allá del detalle de tener acceso a los trucos, conviene hacerse una reflexión un poco más profunda: una industria decide, unilateralmente, codificar sus contenidos de manera que se conviertan en “xenófobos”, que no puedan visualizarse en una región diferente a aquella en la que fueron vendidos. ¿Qué pretenden con algo así? Pura y simplemente, dificultar su movilidad, fragmentar los mercados artificialmente, crear ventanas de explotación, intentar que haya personas que tengan que comprarlos varias veces, y conseguir que una persona que haya adquirido legalmente unos contenidos no pueda reproducirlos tranquilamente en un aparato de su propiedad. Llegan incluso hasta el punto de conseguir declarar ilegal el que esa persona tome su aparato, de su propiedad, adquirido de manera completamente legal, y lo manipule para conseguir que reproduzca los contenidos de otra región… ¿Pero ésto qué es? ¿Qué forma de ganar dinero es esa? ¿Cómo puede cualquier persona de bien y con un mínimo sentido común aceptar algo tan patentemente absurdo e inmoral? Diseñar un sistema así es algo que únicamente puedes hacer si eres, sencillamente, un sinvergüenza, no calificable de ninguna otra manera. ¿Y esa industria, capaz de semejantes malas artes, es la que se atreve a llamarnos a nosotros “piratas”?

En un mundo completamente globalizado en el que los clientes tienen cada día una mayor movilidad, el sistema de codificación regional es algo que, además de ser una pura y simple desvergüenza, resulta ridículamente anacrónico. Una industria tan pirata como para diseñar algo así y, además, comprar voluntades políticas para conseguir convertir en ilegal su manipulación merece todo lo que le está pasando y mucho más. En el fondo, el P2P y la descarga de contenidos hay que verlo como el fruto de una auténtica “justicia cósmica” que pone las cosas en su sitio.



Articulo extraido del Blog de Enrique Dans, muy recomendable por cierto.

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