sábado, 15 de noviembre de 2008

Pero, ¿qué pasa con el Blu-ray?

A principios de este año, Sony y Toshiba, junto con sus respectivos aliados y socios tecnológicos, mantuvieron una dura batalla por dominar el sector del DVD de alta definición, cada uno con su propio e incompatible formato, Blu-ray y HD DVD. Una pugna que recordó a la competencia entre VHS y Betamax por dominar el sector del vídeo hace más de 25 años.

Finalmente, Toshiba tiró la toalla, renunciando a producir y distribuir el HD DVD, en gran medida después de que Sony recibiera el apoyo de la mayoría de los grandes estudios de Hollywood, lo que le aseguraba la distribución de sus catálogos de películas en Blu-ray.

Por tanto, todo parecía indicar que el camino del DVD de alta definición quedaba despejado para el Blu-ray. Sin embargo, a la vista del escaso éxito de ventas que está teniendo este formato, cabe preguntarse si, en lugar de ante un ganador y un perdedor, no nos encontramos en realidad ante dos derrotados.

Y es que las ventas no despegan, a pesar de que el precio de los reproductores ha llegado a bajar hasta un 50%. En Estados Unidos, el precio medio de los reproductores a principios de año se situaba en torno a los 400 dólares. Después del verano, algunos comercios han situado los Blu-ray alrededor de los 230 dólares, y puede que lleguen a bajar incluso hasta los 150 dólares con vistas a la campaña de ventas navideña.

Los analistas creen que las grandes cadenas comerciales han sido demasiado optimistas en su previsión de ventas, y ahora temen quedarse con un stock de unidades sin vender. Tampoco ayuda el alto precio de las películas, que oscilan entre los 20 y los 30 dólares.

En opinión de Javier Penalva, coordinador y editor del blog Xataka.com, son varios los factores que lastran el despegue del Blu-ray. “Tras la guerra de formatos con HD DVD, el consumidor no acaba de ver claro que el futuro sea el Blu-ray. Por otro lado tenemos el alto precio de los discos y muchos reproductores de Blu-ray, además de que no todo el contenido sale en ese formato.”

Uno de los problemas que conlleva el Blu-ray es que los consumidores no terminan de apreciar las mejoras técnicas que introduce, para lo que también es necesario disponer de un televisor de alta definición. Según datos de Nielsen VideoScan, apenas el 4% de las películas vendidas en Estados Unidos son en formato Blu-ray. Parece que la mayoría de los consumidores se conforman con su viejo televisor y reproductor DVD.

Para colmo, al Blu-ray le acecha una gran amenaza, la industria del vídeo bajo demanda, que permitirá a los consumidores descargar películas de alta calidad directamente desde Internet, con un amplio catálogo al alcance del ratón, sin necesidad de desplazarse hasta una tienda ni de almacenar discos una vez vistas las películas.

Para Javier Penalva, más que una amenaza, las descargas online pueden suponer la puntilla del Blu-ray: “Personalmente, no tengo esperanzas de que el Blu-ray despegue nunca. Se quedará como una tecnología de paso entre el DVD y las descargas de contenido en alta definición directamente en los ordenadores o en el televisor y equipos asociados a él.”

¿Que tendría que suceder para que cambiara todo este panorama? “Sin duda, que el consumidor apreciara que el Blu-Ray va en serio, acompañado de una bajada fuerte de los precios tanto de discos como de reproductores.”, opina Penalva. “Pero también es necesario algún sistema para facilitar el acceso a esos discos, y el aprovechamiento interactivo y de comunicación con Internet que en potencia tiene el formato. Al final, si el consumidor puede conseguir al instante un contenido directamente en su televisor, ¿por qué iba a molestarse en acercarse a la tienda?”

Penalva, interesado en la tecnología particular y profesionalmente, admite no conocer apenas a nadie que tenga un Blu-ray: “Más allá de la gente que conozco metida en el mundo de la electrónica de consumo de forma profesional, apenas un par de conocidos tienen lectores de Blu-Ray, siempre además integrado en sus portátiles”.

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