miércoles, 20 de mayo de 2009

Software libre y software gratuito: una apuesta por el ahorro

Linux 2

¿Tiene sentido adquirir licencias que cuestan más de 200 euros para usar un paquete ofimático como Microsoft Office cuando podemos tener sustitutos que están a su misma altura, como OpenOffice?

¿Necesitamos un editor de imágenes tan potente como Photoshop (más de cien euros de precio medio) cuando, sin coste alguno, podemos tener GIMP, que sirve para la mayor parte de tareas que vamos a realizar en nuestro día a día de usuarios medios y que puede llegar a su nivel gracias a las aportaciones de los propios usuarios? Pues depende del uso que vayamos a darle al software, pero en la informática doméstica muchas veces no compensa.

Open Office

Diferencias entre Freeware, Software de dominio público y Shareware

Hay distintas maneras de denominar al software que no nos cuesta dinero y todas ellas tienen sutiles diferencias.

Freeware
es aquel programa informático para el que el creador ha impuesto algún tipo de licencia o de derecho de autor, pero por el que no quiere recibir ningún tipo de compensación, ni económico ni en especias. Para que un programa sea catalogado como freeware debe funcionar por tiempo ilimitado.

Como digo, un programa freeware puede tener copyright y puede exigirnos que sólo se use para determinadas funciones: por ejemplo, para uso personal o educativo y no en empresas.

El freeware suele confundirse con el Software Libre, pero éste va un paso más allá que aquel. Los programas informático de código abierto (o de dominio público) son aquellos que cualquiera puede usar, estudiar y modificar sin apenas restricciones. Se distribuye su código y cualquiera puede mejorar su funcionamiento. El software libre no necesariamente ha de ser gratuito, aunque muchas veces ambas cosas vayan de la mano.

Finalmente, tampoco hay que confundir ambos términos con los programas shareware, que sólo se ofrecen de manera gratuita durante un tiempo de prueba determinado (la mayoría, durante un mes). Este tipo de software deja al usuario libertad para usar el programa durante ese período de prueba y así puede decidir si le interesa comprar la licencia o no.

No todos los programas shareware obligan a pagar al terminarse el período de prueba. Algunos se contentan con mantener un mensaje de que ese programa se está usando sin licencia completa, como método para “molestar/recordar” al usuario. Esta práctica, sin embargo, se ha ido perdiendo en favor de aquellas versiones que, directamente, impiden usar el software correspondiente.

Main

Algunas opciones básicas

Si queremos apostar por el uso de software libro o gratuito, es bueno conocer algunas de las mejores opciones para las tareas básicas de cualquier familia delante del ordenador.

Sistema operativo: De manera habitual, los entornos basados en Linux son de código abierto y de dominio público. Además, la gran mayoría de programas que se usan en estos sistemas operativos tienen también esta consideración.

Ésa es precisamente una de sus grandes ventajas: al estar abiertos a la modificación continua y desinteresada por parte de los usuarios, este tipo de sistemas operativos cuenta con herramientas muy potentes y cada vez más sencillas de usar.

Su otra gran ventaja respecto al sistema operativo más usado (cualquier versión de Windows) es que requiere mucho menos potencia del ordenador, de manera que podemos reutilizar ordenadores antiguos para seguir usándolos en casa con total normalidad.

Hay muchas versiones diferentes de Sistemas Operativos basados en Linux: se llaman distribuciones y cada una tiene sus propias características. Para el usuario medio, una de las más cómodas es Ubuntu, pues su manejo es muy parecido al de Windows. Además, podemos probarlo sin necesidad de instalarlo: con grabarlo en un cd e iniciar el ordenador con él dentro, ya podremos empezar a usar Ubuntu y decidir si nos convence o no.

Paquetes de Ofimática: Si no queremos cambiarnos de Sistema Operativo, pero sí utilizar en Windows el mayor número de herramientas gratuitas, el primer cambio que haremos será el de abandonar Microsoft Office en favor de OpenOffice.

Para esto no hay ningún tipo de problema: casi ni nos daremos cuenta de que estamos usando programas diferentes y seguiremos contando con hojas de cálculo, procesador de texto, editor de presentaciones y cualquier otra herramienta del paquete de Microsoft.

Además, podemos usar Google Docs, un conjunto ofimático “en la nube”, es decir: al que se accede desde cualquier lugar siempre que se disponga de conexión a Internet. Con él, nos aseguramos de que vamos a poder usar nuestros archivos y documentos desde cualquier ordenador sin coste extra y sin necesidad de nada más que nuestro navegador de internet (no hace falta instalar nada).

Windows Crop

Editores de fotografias: GIMP es el rey. Se creó para Linux, pero también tiene versiones para Windows. Nos permite retocar nuestras fotos cuanto queramos y, si somos un usuario avanzado en este aspecto, dispone de complementos para convertirlo en un programa tan potente como Photoshop.

Además de estas opciones básicas, hay muchas opciones en antivirus, programas de seguridad del ordenador y casi cualquier software que podamos imaginar. Sólo es cuestión de buscarlos según nuestras necesidades.

Una última recomendación. Desde hace tiempo se viene observando en Internet como algunas páginas de descargas de software introducen un pequeño pago a través de SMS para poder descargar los programas. No piquéis: si os encontráis con alguna de ellas mientras estáis buscando freeware o software libre, debéis saber que siempre hay otra opción de descarga desde la página del creador del programa que no os costará dinero.

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