Parece mentira, pero hace ya seis meses que Microsoft lanzó ese esperadísimo y ambiciosísimo producto, ese fruto de tan larga investigación y desarrollo denominado Windows Vista. Con tan magno motivo, CNN Money dedica una columna, “6 months later, a report card on Vista“ a lo que todos sabíamos que iba a ocurrir: nadie adopta Vista entusiasmado por la novedad, no hubo/hay/habrá colas en ninguna tienda esperando para comprarlo, y lo único que ocurre es que el programa aparece preinstalado en la mayoría de los ordenadores nuevos que se adquieren. Todo un ejemplo de éxito agridulce. Lo que en su momento se quiso presentar como un “Wow“, demostrando su verdadera naturaleza.
En seis meses, las entusiastas cifras lanzadas por Microsoft no se ven por ninguna parte. En mi trabajo, desde el cual tengo la perspectiva devarios cientos de ordenadores en manos de alumnos de toda condición y experiencia tanto en mi empresa como fuera de ella, el número de máquinas con Windows Vista es simplemente insignificante, y estaban en manos de personas que simplemente se lo encontraron al adquirir un ordenador nuevo y que no se manifestaban especialmente entusiasmados con el producto (más bien con síndromes del tipo “¡no encuentro nada!”). Aparecen problemas de compatibilidad con todo tipo de dispositivos, como si ni los mismos fabricantes tuvieran demasiado interés en desarrollarlos, que fuerzan a Microsoft a salir al paso asegurando que todo se solucionará con el tiempo, surgen dificultades para la desinstalación de programas, y el “maravilloso” interfaz Aero, claramente superado ya por productos dentro del ámbito del software libre antes incluso de su salida al mercado, es definido por algunos como una especie de Jessica Simpson: muy bonito para mirarlo, pero definitivamente no algo para una relación a largo plazo. Y las opciones de seguridad, caballo de batalla del producto, entendidas a la Microsoft: permanentemente preguntando y planteando opciones a un usuario que acaba desactivándolas ante su desesperante insistencia. En el intermedio, hasta Dell, una de las principales bazas en la estrategia de Microsoft, se carga su acuerdo para distribuir exclusivamente Vista en todos sus ordenadores nuevos, da marcha atrás para seguir ofreciendo la opción de XP, y hasta anuncia una línea de ordenadores con Ubuntu preinstalado y con todos los drivers en su sitio. Así las cosas, hasta algunos entusiastas de Microsoft van, prueban otras opciones, y se encuentran con que no están nada mal y con que muchos de los viejos clichés conocidos acerca de las dificultades en la instalación y todas esas cosas son ya sólo eso: clichés.
En esta página, el porcentaje de entradas desde Windows Vista sigue estando por debajo del 5%, como ya reporté hace ahora tres meses. Para mí personalmente, está cada día claro: Windows XP fue mi último producto de Microsoft. A partir de ahí, mis opciones de evolución en tecnología han sido y serán claramente otras, que estoy ahora, aprovechando la tranquilidad del verano, terminando de definir. No tengo la menor duda de que las fuerzas del crecimiento vegetativo del parque instalado y de la renovación de máquinas harán que acabe viendo Vista en muchos ordenadores, pero serán, sin duda, muchos más de los que habrían querido realmente tenerlo instalado si les hubiesen dado la opción. Sinceramente, creo que con el tiempo y la perspectiva, Vista será contemplado como yo ya lo veo hoy, como lo que ya es para mí personalmente: el ocaso de una época.
Via: www.enriquedans.com
1 comentario:
Mmmmm... interesante post... sí... un fracaso el nuevo windows... :)
Doctor,
Crítico de Blogs
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