lunes, 21 de septiembre de 2009

10 lujos desaparecidos con la crisis

  1. El teléfono fijo. En un país con 52 millones de móviles, la fidelidad a la línea fija de Telefónica de toda la vida es un lujo que cada vez se permite menos gente. Los últimos datos de la CMT son de julio de este año, cuando se realizaron un 45% más de portabilidades (126.000) que en el mismo mes de 2008 y se dieron de baja 37.000 líneas. Aunque aún quedan unos 20 millones de fijos, muchos pagan religiosamente su cuota tan sólo por el ADSL y no se saben ni su propio número. Y eso tampoco será eterno.
  2. Las facturas hinchadas de móvil. Si hace unos meses tragábamos con las sorpresitas en las facturas con las que regularmente nos sorprendían las operadoras tradicionales (que si el roaming no se ha dado de alta, que si la conexión a emoción por descuido, que si la conversión a texto que de pronto se cobra, que si llamadas inexistentes, que si tarifas abusivas durante cierta franjas horarias), hoy se pasan muchas menos. Las operadoras alternativas como Yoigo y la miríada de virtuales (Simyo, Masmóvil, etc.) son cada vez más comunes y bien vistas, de forma que se reparten el 4,7% de las líneas móviles. Las organizaciones de consumidores calculan que se puede ahorrar hasta un 50% cambiando de operadora (y la que firma lo ha comprobado).
  3. Pagar sin protestar. El eterno conformismo del consumidor hispano está cambiando. La Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones —si no la conocías, apunta su página web— ha notado un aumento del 28% en el número de reclamaciones que ha recibido en el último año. Las quejas se refieren (por orden) a telefonía móvil, fija, paquetes de voz y datos y acceso a internet y en su gran mayoría (el 85%) se resolvieron a favor de los usuarios. En la Agencia de Potección de Datos las reclamaciones también aumentaron un 45% en 2008 y el sector más problemático era el de Telecomunicaciones. Los procedimientos sancionadores de la AEPD suelen acabar en multazo. Así que a por ellos.
  4. El pantallón de plasma. Durante unos años la televisión plana ha sido la estrella de la electrónica de consumo por dos razones: había que equipar el piso recién comprado y renovar la vieja y aparatosa tele. Pero en unos meses hemos comenzado a pensar que la vieja Sony Trinitron puede seguir tirando unos años más, y que para ser sinceros, se ve mejor que muchos últimos modelos. Es sólo un símbolo de una realidad más amplia: los consumidores españoles hemos dejado de comprar productos tecnológicos. Según GFK, en el segundo trimestre de este año gastamos 4.660 millones de euros. El año pasado, en el mismo trimestre, fueron 5.540. De hecho, en los últimos trimestres sólo se salvaron con crecimientos positivos los equipos de climatización y los pequeños electrodomésticos con una clara función sustitutiva: las cafeteras tipo "Nespresso" (que compiten con el bar de abajo), los aparatos y robots de cocina (que evitan comer fuera) o gadgets como las planchas de pelo (que ahorran en peluquería).
  5. El ordenador a la última. Los ultraportátiles o netbooks, esos ordenadores ligeros, baratos y poco potentes que hace tres años no existían y que ahora pueden comprarse hasta en el supermercado han sido un gran hallazgo para los usuarios, pero han reventado el sector, tirando los precios a la baja. Wired ha bautizado la práctica de apañarse con una tecnología funcional en lugar de aspirar a lo mejor del mercado como "good enough". La tendencia a utilizar cada vez más servicios en la nube, que aligera las prestaciones necesarias en el escritorio, remata un escenario que no tiene nada que ver con el existente hace unos años. ¿Alguien se acuerda de cuando comprábamos clónicos con lo último de cada componente?
  6. Comprar sin mirar antes en internet. Los tiempos difíciles han potenciado el uso de internet como lugar donde informarse antes de comprar o, directamente, como el canal más barato de compra. Según la AECEM, Asociación Española de Comercio Electrónico y Marketing Relacional, las ventas por internet llegarán en 2009 a los 10.000 millones de euros, un 56% más que en 2008, mientras que el comercio tradicional paga con pérdidas las consecuencias del descenso del consumo. Pixmania afirma que comprar a través de internet puede servir para ahorrar hasta un 30% o un 40%. Es el momento de los foros y sitios de opiniones (ciao, tripadvisor), los outlets online (buyvip, privalia, vente-privee), los blogs de consumo inteligente o de hábitos alternativos, (o las agencias de viajes virtuales (atrapalo, lastminute). En suma, de cualquier página que sirva directa o indirectamente para consumir mejor.
  7. Los SMS para quedar. Para toda una generación de jóvenes españoles los mensajes de texto ya están anticuados. Más que una cuestión de cifras, se trata de un incipiente cambio de hábitos. Los viernes se queda por Tuenti y los domingos por la noche se comentan ahí mismo las mejores jugadas del fin de semana, cuando ya se han subido las fotos. En la principal red social española se calcula que circulan cada día 7 millones de nuevas conversaciones.
  8. Las ferias sin sentido. En unos meses las ferias han pasado de ser una herramienta de marketing imprescindible a un impuesto revolucionario que no es necesario pagar. La gran víctima española fue el SIMO, que no se celebró el año pasado y que renacerá la semana que viene con los humos bajados y unas expectativas mucho menores. Las grandes citas tecnológicas mundiales también han recuperado hasta cierto punto la sensatez y ya ninguna asistencia es obligatoria para ningún fabricante.
  9. Comprarse una nueva consola de 600 euros... ... pero sí de 200 ó 300. La rebaja de la PlayStation 3 ha sido todo un éxito en Japón. Sony, Nintendo y Microsoft aguantan el temporal alargando el ciclo de vida de sus consolas y no tienen ninguna intención de lanzar una nueva generación con la que está cayendo, sino más bien de aguantar con los precios bajos del momento. Aunque los usuarios siguen respondiendo bien a esta industria y pagando religiosamente por las grandes superproducciones, se han hecho un hueco los minijuegos para móviles y los comprados por internet, mucho más asequibles y que pueden ser desarrollados por pequeños estudios.
  10. Los CDs, los cibercafés, videoclubs, la película fotográfica, las fotos impresas... Es decir, prácticamente todo aquello relacionado con los contenidos que antes residían en un soporte físico y que ahora pueden ser sustituido por bits. En la mayor parte de los casos la crisis era previa a la desatada por la caída de Lehman Brothers hace un año, pero la situación económica actual está dando la puntilla a los soportes e intermediarios poco eficientes.

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