Comparado con versiones anteriores, el iPhone 4 está siendo un fracaso con respecto a su diseño. Seamos justos, el iOS es uno de los mejores sistemas operativos para móviles, la resolución y la pantalla es increíble, y todos esperábamos el las videoconferencias en el móvil, pero los enormes fallos de diseño del iPhone eclipsan a todas sus bondades.
Con los pocos días que el iPhone 4 ha estado en la calle, resulta sorprendente la cantidad de iPhones rotos por caídas o golpes que se están viendo. No es normal que un móvil sea tan frágil, pero es consecuencia de usar cristal endurecido, que no lo hace tan resistente a las rayas como se creía, y de su diseño sin bordes, que magnifica los impactos al cristal.
El problema de la antena es algo también inconcebible para un teléfono de un precio tan elevado y del que se supone una alta calidad en la recepción y envío de la señal. El que al cogerlo de una u otra manera se modifique la señal parece de risa.
Pero lo peor es que Apple, lejos de decir que se ha equivocado, diga al consumidor que la solución al problema de la señal sea que el cliente cambie sus hábitos y lo coja de otra manera. Una práctica habitual por parte de Apple el que no se tenga en cuenta al cliente y se le diga lo que le conviene.
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