Con 50 años, la misma edad que Bill Gates, al que conoció en 1981 cuando este desarrollaba el sistema operativo Ms-Dos, Ray Ozzie pertenece a la generación que sentó las actuales bases de la informática. Su primer gran proyecto fue colaborar en el desarrollo de Visicalc, la primera hoja de cálculo. Este software, inicialmente desarrollado para los ordenadores Apple II, forzó a IBM a crear el primer PC, pues el gigante azul entendió que el ordenador personal jugaba un papel importante en el sector financiero, su tradicional área de negocio.
En 1984 Ozzie comenzó a desarrollar Lotus Notes basándose en PLATO, un sistema de conexión en red de usuarios anterior a la World Wide Web en el que había trabajado desde 1971. Lotus Notes, que fue comercializado en 1989, fue el primer gran sistema de software para trabajo en grupo usando herramientas completamente desconocidas para el gran público hasta la fecha, como el correo electrónico o la mensajería instantánea. Los que entienden de software saben que este paquete de programas fue completamente vanguardista en su momento. Prueba de su fortaleza es que hoy la herramienta sigue bastante viva e incluso se anuncian versiones para plataformas como el Iphone.
Más de 30 años en la brecha tecnológica
En 1995 Ray Ozzie abandonó Lotus, tras ser esta empresa adquirida por IBM, y creó Groove Networks, donde continuó desarrollando software de trabajo en grupo hasta que en 2005 la compañía fue adquirida por Microsoft, Ozzie se integró en la cúpula directiva de la compañía, y Groove comenzó a formar parte de Office. Terriblemente respetado dentro y fuera de Microsoft, Ozzie da el contrapunto a Steve Ballmer, representante de la 'vieja guardia' de la compañía. Uno, dedicado a las ideas, como lo hizo Gates en su tiempo; el otro, a los hechos. Cuesta imaginarlo actuando como el histriónico presidente de Microsoft
En síntesis, Ray Ozzie no es sólo otro gurú. Su perfil es el de alguien que ha sabido conectar las tecnologías de escritorio con las tecnologías de red a lo largo de su carrera, un terreno resbaladizo para Microsoft. Además, profesionalmente está más cerca en el tiempo de la práctica de la ingeniería tecnológica que Gates y Ballmer, que de alguna forma se abandonaron a teorías empresariales que vivían de las rentas de desarrollos de hace décadas. Seguramente Gates, que se declara un admirador de Ozzie, entendió esto a la hora de ofrecerle el puesto con el que debe llevar a la empresa a la vanguardia tecnológica de la próxima década, en la que los dispositivos físicos, como base del almacenamiento de aplicaciones y datos, dejarán paso definitivamente a la red como soporte de información y aplicaciones adaptadas por los usuarios, siempre más rápidos a la hora de detectar las necesidades tecnológicas que las grandes empresas. ¿Será capaz de salvar a Microsoft?
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