sábado, 19 de julio de 2008

Discos SSD contra discos duros

Los discos SSD parecen estar de moda en los últimos tiempos. Muchos fabricantes de portátiles los están adoptando, especialmente en la gama de ultraportátiles y en portátiles de gama alta. Pero, ¿vale la pena optar por un disco SSD en lugar de un disco duro convencional?

Sin querer entrar en datos específicos, para los que es necesario hacer unas buenas pruebas de rendimiento comparando ambos tipos de discos, es necesario ver tanto las ventajas como los inconvenientes de ambos tipos de dispositivos de almacenamiento.

Desde LaptopMag han hecho unas pruebas informales, sustituyendo el disco duro de un MSI Wind por un disco SSD, y afirman que la diferencia de rendimiento era inapreciable, tanto en el tiempo de arranque como en el uso habitual. Algo similar ocurría con la duración de la batería.

Claro que estas fueron apreciaciones subjetivas, en las cuales, además, habría que ver tanto la velocidad del disco duro original como la del disco SSD, puesto que no es lo mismo comparar un disco duro de 5400 rpm con uno de 7200 rpm, igual que no lo es comparar un disco SSD de buena calidad con uno de los más baratos.

Entre las ventajas de los discos SSD encontramos un menor tiempo de acceso a los datos (además de ser este constante), algo en lo que los disco duros han mejorado bastante, un menor consumo de batería, algo discutible y que habría que comprobar con datos, y, teóricamente, una mayor fiabilidad, ya que no dependen de elementos mecánicos, por lo que pueden resistir sin problemas golpes y caídas.

En este último apartado, los fabricantes de discos duros han estado trabajando para evitar ese problema, incorporando acelerómetros que detectan caídas y aparcan automáticamente los cabezales del disco, evitando daños en la superficie de este.

En contra de los discos SSD encontramos que el número de ciclos de escritura es más bajo que el de los discos duros, lo cual no debería ser un problema demasiado grande pero si algo a tener en cuenta, además de un coste por MB bastante más elevado. En un futuro su precio se reducirá, pero de momento la diferencia es bastante alta.

A favor de los discos duros tenemos que están disponibles con grandes capacidades de almacenamiento, con tamaños cada día más reducidos y con unos precios bastante razonables. En una época en que la cantidad de datos que almacenamos en nuestros ordenadores es tan alta es algo a tener en cuenta.

Además de eso, aunque en general el tiempo de acceso a los datos es menor en disco SSD, la tasa de transferencia suele ser más alta, por lo que copiar ficheros de gran tamaño es mucho más rápido.

En contra de los disco duros tenemos diversos factores. EL primero es la generación de calor, que se ve acrecentada con la reducción de tamaño de estos y, al ser usados en portátiles, por afectar directamente al resto del equipo.

Otro factor que puede resultar importante para algunos usuarios es el ruido generado. Mientras que los discos SSD son totalmente silenciosos los discos duros siguen generando una cantidad de ruido importante, tal vez inapreciable en un uso general pero que se nota en un ambiente silencioso.

Vemos, por tanto, que los factores a considerar a la hora de decidirse entre uno u otro formato son múltiples y variados. Será necesario valorar cada uno de ellos a la hora de adquirir un nuevo ordenador, aunque de momento queda claro que los discos SSD de mayor capacidad (sobre los 64 GB hoy en día) tienen un precio realmente elevado y que no compensa para la mayoría de usuarios, por lo que si queremos mucho espacio de almacenamiento un disco duro es imprescindible.

En cambio, en ultraportátiles que se usarán prácticamente solo para conectarse a la red un disco SSD tiene mucha más lógica y permite reducir el peso del equipo, un factor muy importante. ¿Nos compensa entonces? Pues, como siempre, todo depende del uso que le vayamos a dar al ordenador.

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