miércoles, 5 de marzo de 2008

Tecnologías derrotadas: Laserdisc

Laserdisc

En la batalla entre VHS y Betamax hubo otros damnificados, entre los que se encontró el Laserdisc. Lanzado pocos años después que VHS, su vida ha sido bastante larga, pero no se puede decir que haya disfrutado de éxito comercial, especialmente en Europa, donde su presencia fue prácticamente simbólica.

Como en tantas otras tecnologías, a priori sus características eran mejores que las de sus competidores, pero este no es el único punto necesario para triunfar, como estamos viendo en este especial. A pesar de todo, el Laserdisc ha sido y sigue siendo un objeto de culto para algunos, de forma similar a los discos de vinilo, con los que comparte ciertas semejanzas, la más evidente la forma y el tamaño.

El Laserdisc fue un desarrollo conjunto de MCA y Philips, en la que la primera producía los discos y la segunda los reproductores. En 1972 se hizo la primera demostración de esta tecnología, que se puso a la venta a finales de 1978 en Estados Unidos con el lanzamiento de la película Tiburón. Su vida se ha extendido hasta el año 2000, cuando se comercializaron las últimas películas, entre las que se encontraba Sleepy Hollow, aunque en Japón se lanzaron algunos títulos más durante el siguiente año.

Los discos Laserdisc tienen un diámetro de 30 centímetros y están fabricados con dos discos de aluminio cubiertos con plástico y pegados entre si. Se trata de un formato analógico, aunque posteriormente algunos discos incluyeron el audio en formato digital.

Laserdisc

Se utilizaron diversos formatos para grabar los datos, entre los que se encontraba el CAV (velocidad angular constante), que permitía almacenar unos 72 minutos de vídeo, 36 en cada cara, y CLV, (velocidad linear constante), que permitía grabar casi 135 minutos en total.

Hablamos de caras, ya que, como en el caso de los LPs, disponía de dos caras distintas, con lo que si la película ocupaba más de una cara (la mayoría lo hacían) era necesario levantarse para cambiarla, excepto en algunos modelos de alta gama que incluían un modo para intercambiarla automáticamente girando la lente y el sentido de giro.

La calidad del vídeo en Laserdisc era muy superior a la del VHS, con 440 líneas frente a las 240 del VHS. Además, al ser un formato óptico no requería contacto entre el lector y el disco, por lo que este no se desgastaba ni sufría deteriores, al contrario de lo que pasaba con las cintas de vídeo.

Laserdisc

Además, en el caso de los Laserdisc en NTSC disponían de diversas pistas de audio, por lo que se podía incluir en un mismo disco el audio normal y otro con los comentarios del director, cosa imposible en un VHS. Además, el permitir pasar de un frame a otro arbitrariamente en lugar de forma secuencial propició la aparición de algunos juegos como Dragon’s Lair.

Claro que el formato también tenía sus pegas. Entre ellas el enorme tamaño de los discos, que los hacía más difíciles de manipular y provocaba que el lector hiciera ruido al leerlos. Además, debido a su capacidad, muchas películas requerían el uso de más un disco para ser almacenadas.

Laserdisc

Otro de los problemas de este formato es que nunca se puso a la venta unidades grabadores para los consumidores, aunque si hubo alguna destinada al público profesional. Igualmente, su precio era más elevado que el del VHS, al menos en Estados Unidos. En Japón, en cambio, se implantó una política de precios bajos, de forma que el coste era similar al de VHS, por lo que el formato se hizo más popular.

A partir de la aparición de los DVD estos empezaron a reemplazar al Laserdisc, aunque, como curiosidad, Pioneer lanzó el Pioneer DVL-9, un lector que funcionaba tanto con Laserdisc como con DVD.

Via: Xataka

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