El gamepad es el control de videojuegos más usado y conocido. Su evolución no ha sido muy grande desde la introducción de este, pero eso es porque es un método de control preciso y válido para muchos tipos de juegos, además de resultar sencillo de utilizar.
El gamepad es un mando que se coge con ambas manos y en el que se utilizan los dedos para pulsar los diferentes controles. Inicialmente, los pulgares eran los únicos dedos que tenían acceso a las funciones, pero la evolución de estos controles ha hecho que se le añadan más botones, requiriendo más dedos para su control.
El controlador de la NES es el ejemplo más claro y más simple de lo que es un gamepad. En la parte izquierda el pad direccional, con el que podemos controlar los movimientos en pantalla y en la derecha un par de botones para realizar distintas acciones. En el medio, los botones de select y start controlan algunas funciones de la consola.
Todos estos botones son digitales, por lo que el pad no registra variaciones de presión, sino simplemente si está pulsado o no, igual que los botones. Esta será una de las variaciones importantes en este tipo de controles en un futuro.
A decir verdad, el control de la NES no era demasiado cómodo de usar. Las esquinas cuadradas se clavaban en la mano tras un rato de uso y su tamaño y forma no eran los más adecuados, pero a pesar de todo sigue siendo un icono de nuestro tiempo.
El mando de la SNES mejora un poco el diseño de este, con una forma más redondeada que lo hace más cómodo de usar, además de añadir unos cuantos botones: dos en la parte derecha, que aumentan las posibilidades de control y dos en la parte superior, que se pulsan con los dedos índice.
La Nintendo 64 representa un paso adelante importante en los gamepad, al incorporar un joystick analógico, que se añade al resto de botones de los que dispone el mando y al pad digital. Este mando disponía de un hueco para incorporarle un accesorio que lo hacía vibrar, algo que viene integrado en la mayoría de gamepads en la actualidad.
El mando de la Playstation es otro icono de nuestros días. Originalmente, era muy similar al de la SNES y no incorporaba mandos analógicos. En posteriores revisiones se le fueron añadiendo estos y la capacidad de vibración, llegando al Sony Dual Shock, que incorporaba dos mandos analógicos, que además eran pulsables y cuatro botones en la parte superior accionables con los índices.
En el Dual Shock 2, que es el mando que viene con la Playstation 2, la mayoría de los botones son sensibles a la presión, por lo que pueden detectar la fuerza que hacemos sobre ellos, abriendo aún más las posibilidades de control del mando.
Para la Playstation 3, Sony optó por mantener el diseño con el SIXAXIS, tras el fracaso de una primera versión muy modificada con forma de boomerang. En el SIXAXIS se eliminan los cables que lo unen a la consola y se le añade un sensor de movimiento, aunque desaparece la capacidad de vibración por problemas con las patentes de esta tecnología. Posteriormente, se lanzó el Dual Shock 3 que ya incorpora esta vibración.
A diferencia de los mandos de Sony, el de Xbox y el de Gamecube intercambian la situación de uno de los joysticks analógicos y del pad digital. En el caso de Gamecube, una posterior versión permitía su uso de forma inalámbrica, funcionando mediante dos pilas de tipo AA y ofreciendo una autonomía de unas 100 horas.
Acabamos ya esta entrega, no sin olvidar el mando de la Dreamcast, uno de los más grandes y curiosos, debido a su ranura de expansión donde podía colocarse un VMU, una tarjeta de memoria con pantalla LCD que podía funcionar como mini-consola portátil, o un accesorio para vibración.
Via: Xataka
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