Microsoft consigue, tras uno de los procesos más irregulares y plagados de corrupción de la historia de ISO, que su estándar OOXML sea aceptado como estándar. Una aprobación que deja el prestigio de ISO como organización garante de los estándares a la altura del betún, por haber permitido el abuso descarado del proceso de normalización. A partir de ahora, es muy sencillo: si quieres que tu formato sea bendecido por ISO, sólo tienes que sobornar al suficiente número de gente. Sobornos de libro, denunciados por la UE, a presidentes de comités, a empresas y representantes de países que jamás habían mostrado el más mínimo interés por formar parte de procesos de normalización y que “de repente” aparecen “interesadísimos” en el mismo… toda una colección de basura maloliente tan deleznable como el estándar en sí mismo: un formato definido de manera inabordablemente compleja, con irregularidades manifiestas, y con errores a los que nunca se les dio respuesta apropiada durante el proceso. Una verdadera vergüenza. En adelante, habrá que hablar de estándares aprobados antes y después de que ISO se convirtiese en un organismo corrupto.
Microsoft podrá ahora ir a sus clientes y tranquilizarlos con un estándar bananero que no lo es, que para nada goza de las ventajas de serlo, que jamás debería formar en la misma línea ni tener la misma consideración que el ODF, el PDF o el HTML. Un formato condicionado a otros formatos completamente propietarios, carente de los más elementales principios de parsimonia, y cuyo fundamental logro ha sido el de desprestigiar completamente a la International Standards Organization. Gran parte de la riqueza que la tecnología ha sido capaz de generar a lo largo de su historia proviene de la importancia y valoración de los estándares, de s significado inequívoco. Todo eso es lo que Microsoft, poniendo dinero y corrupción encima de la mesa, ha conseguido romper con su OOXML. Ser un estándar ISO ya nunca significará lo mismo, nunca garantizará nada. Una verdadera vergüenza.
Via : El Blog de Enrique Dans
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