Los sistemas anticopia siguen presentes en los discos que venden las industrias del cine y la música, bajo la justificación de detener la piratería de sus contenidos. A estos sistemas les sucede algo parecido a lo que ocurre con el DRM: restringen los derechos legítimos de los consumidores que adquieren los productos.
Y lo hacen hasta tal punto que una película en DVD comprada en Asia u Oceanía no funciona en los lectores ópticos para esta tecnología de Europa o Estados Unidos debido a los sistemas anticopia. Su objetivo es impedir el tráfico ilegal de contenidos, pero los principales afectados son los usuarios.
(Imagen: Pam Roth)
El ejemplo más claro de esta situación se produjo en el lanzamiento del DVD. En aquel momento, no era posible leer estos discos, ni siquiera originales, en el sistema operativo GNU/Linux.
Así, el consumidor que comprara un DVD se encontraba con el problema de que no podía reproducirlo a menos que tuviera un sistema operativo de pago u otros reproductores. Un joven informático, llamado Jon Lech Johansen, creó un programa, DeCSS, que permitía reproducir los discos en Linux a costa de saltarse su protección anticopia.
Los sistemas anticopia siguen presentes en los discos que venden las industrias del cine y la música
Precisamente, los creadores de los sistemas anticopia y los hackers se caracterizan por jugar al gato y al ratón, unos con las restricciones y otros con las soluciones para evadirlas. Así, el propio Lech Johansen logró mediante ingeniería inversa descifrar el DRM de iTunes Music Store, de nombre Fairplay, y otros hallaron la manera de romper una de las protecciones del extinto formato del HD-DVD.
Blu-ray también
Una de las razones por las que Blu-ray ha ganado la batalla de formatos para sustituir al DVD se encuentra en que presenta un mayor número de protecciones frente a la copia del original. Así, este formato de disco óptico cuenta con varios programas para proteger los contenidos, lo que ha causado polémica por la posible vulneración de los derechos de los consumidores.
Los creadores de Blu-ray pueden incluso inutilizar aquellos reproductores que, en un futuro, sean capaces de romper sus protecciones
En su empeño por impedir las copias masivas de los discos originales, los creadores de Blu-ray pueden incluso inutilizar aquellos modelos de reproductor que, en un futuro, sean usados por los consumidores para romper sus protecciones.
De esta forma, no se podría reproducir ningún disco en cualquiera de los aparatos de la gama vetada, aunque fuera un sólo usuario el que rompiera la restricción.
No obstante, Blu-ray aporta una tecnología, denominada 'Mandatory Managed Copy' (MMC), que permite, siempre que se tenga conexión a Internet, hacer las copias del original al disco duro y transferirlo dentro de la red casera que tenga montada el usuario. Así, en principio, se cumpliría la legislación española, que contempla el derecho a realizar una copia privada de los contenidos audiovisuales adquiridos.
Protecciones avanzadas
Las protecciones de Blu-ray son muy avanzadas, como BD+, que a través de una máquina virtual instalada en los reproductores permite comprobar si se ha intentado piratear.
A su vez, el sistema ICT detecta si se conecta un cable analógico para reducir automáticamente la resolución de las imágenes y evitar así que se pueda grabar el vídeo en alta definición.
Además, todos estos sistemas anticopia se pueden actualizar en caso de que los hackers hallen la manera de vencerlos, como ha sucedido en el caso del AACS ('Advanced Acces Content System').
Por otro lado, al igual que sucede con el DVD, los promotores del Blu-ray también dividen el mundo en zonas incompatibles entre sí. Aunque se pueden fabricar discos sin especificar este dato, que se ha ideado por el sistema de lanzamiento de películas de la industria cinematográfica, si se adquiere un disco Blu-ray con zona marcada en Estados Unidos, no se podrá ver en un reproductor europeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario